Ayer por la noche estaba viendo la tele con la tripa llena y la cabeza turbia por el estrés del trabajo y los atascos, cuando apareció en la pantalla un pastor sentado en una piedra comiendo un poco de queso y bebiendo un trago de vino de la bota. Sentí envidia, mucha envidia y después me preguntaba a mi mismo si soy un romántico o simplemente un idiota.
¿Por que un romántico? ¿Por qué un idiota? ¡Haz el favor de no meterte con Adolfo!
ResponderEliminar¿No estaba sentado el pastor como tú?
¿No tenían oxígeno sus pulmones?
Y comía queso, y ¡bebía vino!
Te doy un abrazo grande, grande,
Nená