Eran días de gloria
De jam en jam, de bar en bar
como si una estrella del verso fuera.
El poeta cerraba sus heridas mal curadas
a base de interminables vómitos asonantes
que acababan siempre en aplauso
generalmente sincero.
De tanto abusar de la metáfora
rica en grasas saturadas y azúcares
el poeta cayó fulminado en el escenario
hoy en día con el cuerpo lleno
de pinchazos de humildina
ya sabe lo que es una subida de ego.
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