las bisagras oxidadas,
demasiadas nubes sin agua,
el corsé bien apretado,
las calles vacías,
hay que madrugar.
Belleza a cuenta gotas
y comida congelada.
Nuestro animal dormido
sobre el colchón del ego.
Me refugio en tu oasis
de la epidemia de tristeza.
Un hasta mañana y vuelta a empezar
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