Inquilinos de la intimidad
en un volver a empezar,
paredes empapeladas
con versos eróticos,
latentes los errores
como agujetas del carácter.
Lo natural quiere brotar
hacerse noche misteriosa,
llenar los pulmones de vida
y reír hasta llorar.
Hasta olvidar nuestro nombre
En las calles viejas del deseo.
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