Ayer estaba sentado en un asiento del tren de cercanías.
-buenas tardes soy David tengo treinta y tres años, vivo con mi mujer y mi hija en una habitación, se me ha acabado el paro, y no tengo derecho a ningún subsidio, preferiría trabajar a estar pidiendo. Si pudieran ayudarme les estaría muy agradecido.
Le di un par de euros , me estrecho la mano fuertemente, apunto de soltar una lágrima y me dijo.
- gracias hermano.
Aún estoy impresionado con su mirada.
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