En el entramado de puentes y bifurcaciones
de la mañana oscura
veo un molino gigante de piedra
movido por un río de café con leche
que aplasta lentamente los minutos
De vez en cuando, algún segundo
se escapa del desastre
lo guardo en un desorden relativo
al que solo vuelvo
cuando las prisas
me hacen parar de golpe.
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