Me aterra la resignación con la que vemos las noticias injustas seguidas de los insustanciales deportes. La ligereza con la que repetimos la frase comodín, es lo que hay seguida de al menos tengo trabajo. La naturalidad con la que asumimos que hay que apretarse el cinturón cómo si fueramos responsables del devenir económico. Me acuerdo cómo si fuera ayer cuando todos decíamos que la burbuja iba a explotar despreocupadamente. Hoy desde el lugar donde estamos me pregunto una y otra vez ¿ Que hacer?
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