Hacía unos cuantos años que había un poemario dormido en un
cajón de mi casa, los años de sequía pasaban lentamente, hasta que
llegó la tormenta y la inquietud me caló
hasta los huesos y los acontecimientos me dejaron helado. Pero
el agua buscó su cauce y los poemas hicieron arroyos que se convirtieron en
ríos y llegaron al mar.
Entre tanto yo
seguía buscando respuestas a mis preguntas. Cada respuesta era una imagen, un
instante, un color, una miseria, un pez
a contra corriente, un recuerdo, una mirada, una palabra…
Palabras de lluvia,
palabras naturales, sin colorantes ni conservantes, palabras grandes, medianas,
pequeñas, momentos sin palabras, momentos sin palabras , palabras insignificantes, tan pequeñas como nuestra
propia existencia.
Y llegué a tener
tantas palabras que no me quedó más remedio que compartirlas y hacer con ellas
este pequeño poemario. Estas son las
palabras de que me encontré en los últimos años.
En breve, más pronto que tarde pondré una fecha y un lugar para compartir estás palabras.
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