el cinturón de Orión infinito del camino,
el cielo revuelto y la tierra mojada,
la línea discontinua de momentos,
más medidos que soñados,
las manchas de aceite que dejamos,
huellas de asfalto herido.
Miradas herráticas que se enfrentan al silencio,
lugares comunes a los que nunca volveremos.
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