lunes, 3 de febrero de 2014

Hogar dulce hogar

Doce horas después
la inquietud abre la puerta
Y busca refugio
en la morada del descuido
Bienvenida de silencios
al animal de costumbres
Ya no hay sitio
para ojeras y suspiros
Los zapatos campan a sus anchas
mitad libertad
mitad libertinaje
aquí ya no suenan
los ecos de la batalla
ni las paredes oyen
ni las palabras sangran
aquí está el animal sólo
en el cobijo  del  alma
Con sus olores
sus pisadas
aquí la bandera
se cuelga en la terraza.

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